Justo
antes de que el anciano Ninakawa dejase este mundo, el maestro Zen
Ikkyu le visito.
"¿Debo
de guiarte?",
le pregunto Ikkyu.
Ninakawa
le respondió: "Vine
aquí solo, y me marchare solo. ¿De que ayuda podrías serme?"
Ikkyu
respondió: "Si
de verdad crees que vas y vienes ese es tu autoengaño. Dejame
enseñarte el camino donde no hay ir y venir."
Con
estas palabras, Ikkyu le revelo el camino tan claramente que Ninakawa
le sonrío, y dejo este mundo.
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